Y que se nos inunda Mina. Era algo previsto, hasta cierto punto esperado; pero con lo que no contábamos fue con la magnitud con que se desarrollaría. Realmente no tengo palabras para describirlo, no es lo mismo ver las imágenes a vivirlo, estar ahí, no encontrar un lugar seco dónde guarecerse y poder descansar. Cientos de familias lo perdieron todo, algunos pudieron sacar algunas de sus pertenencias en pequeñas lanchas, cargándolas, la manera no importaba sólo contaba salir de ahí. Varios amigos y familiares míos se vieron afectados de esta forma, por eso me tocó vivir y sentir directamente eso que vemos en los noticieros y que se nos hace tan lejano y poco probable que nos suceda.

Algunos hasta sus mascotas se llevaron, ¿y por qué no? El animalito no tiene la culpa de que el hombre le esté dando en la madre al planeta por el calentamiento global...

Bien, esas piernas blancas carentes de sol son mías, me encuentro frente al último escalón para acceder a la planta baja de la casa de mi tía; para darse una idea de lo mucho que subió el agua, he de decir que la banqueta tiene de alto unos 25 cm., y la casa está construida 1 mt. por encima de este nivel, eso quiere decir que el agua subió -hasta el momento en que llegamos en lancha a auxiliarla- un metro 25 cm. Hasta eso, ahí el agua fue ganando terreno despacio, despacio, mientras que en otras zonas corría a una frecuencia de 1 metro cada dos horas. El desmadre comenzó a las 3 a.m., así que para las 10 a.m. -hora en que me lancé a la inundación- ya muchos lugares habían desaparecido bajo el agua.

Ese camión de volteo lo mandó un amigo de mi tío, y qué salvadota nos dio, si no hubiese llegado, todos los aparatos eléctricos y electrónicos de la casa habrían perecido sin remedio. Lo malo es que sólo pudo hacer un sólo viaje, en ese momento todavía entraban los vehículos de ese tamaño; después subió más el nivel del agua y el ejército ya no le permitió ingresar de nuevo.

Yo estaba sentada en una escalera a la que el agua aún no cubría, ahí se aprecia cómo iba subiendo el nivel de agua dentro de la casa. Tuvimos que hacer como 4 viajes en lancha para poder ir sacando todo lo que pudimos, llegaron también amigos de la familia que construyeron una tarima en la que amontonamos los muebles de la sala, las camas, algunas alacenas. De ahí empezó a aumentar el nivel del agua y nos tuvimos que ir.
Aclaro que yo no fui afectada por esta inundación, vivo en uno de los cerros sobre los que está construido Mina, pero dos cuadras abajo de mi casa sí llegó el agua, fue algo rarísimo ver a los vecinos cargando con sus cosas a otros lados, y yo predicaba que si veía que el agua llegaba a una cuadra de mi casa, iría empacando mi lap, mi ropa y ahí nos vemos. Claro eso no pasó por eso sigo acá; no estaba segura de subir esto, fue algo muy doloroso para mi familia el perder en un sólo día más de 10 años de trabajo e inversión, al menos no nos pasó nada en la evacuación del lugar, y hemos estado regresando a vigilar el lugar y sacar lo que haga falta. Ya estamos casi por cumplir el mes y al menos el agua ya se fue, pero uufff...eso es lo de menos, todavía falta limpiar, resanar, restaurar. Y todo e$o conlleva inver$ione$ que se tendrán que hacer a la de huevos porque ni modos que quedarte sin casa...
Besos y abrazos a mis tíos y primas, que saben bien que lo único seguro no es lo que Fidel prometa, sino lo que su familia cumple.
1 comentario:
weeeey y yo me quejo cuando los camiones me bañan, besitos y suerte
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