De inundaciones y camiones

Hoy se inundó mi ciudad, Minatitlán, Veracruz. Desde el día anterior ya se adivinaba la catástrofe, el río lamía peligrosamente los muros que lo contenían, la lluvia no cesaba, la gente no quería creer que tendrían que abandonar sus hogares. Veracruz está declarado zona de desastre, no mamar, nosotros solitos nos estamos matando con el pinche calentamiento global...Claro, que aunque esté lloviendo, yo tengo que ir a la chamba, pero con los sucesos recientes se hizo un desmadre en la ruta de los camiones, cambiaron las paradas, te dejan por otros lados, etc., etc. A mí la verdad toda la situación me pone triste, pensar que hace semana y media decía ay qué bueno la lluviecita ya no habrá calor, qué bueno que se adelantaron las lluvias de octubre, y hoy: no mames ya hay 50 municipios inundados y somos zona de desastre. La neta qué impotencia, no poder hacer nada para remediarlo, sólo usar lo menos posible el auto, los electrodomésticos y contribuir con la recaudación de bienes para los damnificados, hoy que venía en el camión andaba toda tristona y un vato se sentó junto a mí y me quería hacer plática con lo de las inundaciones y yo le daba el avión hasta que se puso a hablar de su vida y que su esposa y que si está embarazada y que si él terminó la carrera pero no se titula porque está recara la titulación y que anda de cobrador de camión y que hará un posgrado para titularse y las arañas. A mí me daba harta hueva responderle y sólo lo hacía con monosílabos y frases genéricas, pero el güey no se rendía y yo nada más pensaba ay qué hueva me das. Sí, ya sé que soy bien contradictoria, por un lado contribuyo con las causas de beneficiencia y por otro soy una antisocial a la que le da hueva el contacto humano que provenga de cualquiera que no sea un conocido mío. Y acá no deja de llover y mañana estará peor. Qué fin de semana se avecina, oh sí.