miércoles, 31 de marzo de 2010

No sé.


Vivir en un rancho no es tan malo después de todo. Comes un poco más sano, haces ejercicio involuntario, respiras aire aún no tan contaminado, ves fauna y flora que no conocías más que a través de un libro y/o tele, etc., etc.; pero afrontémoslo, tengo tantos motivos para quejarme, que simplemente no lo haré, no lo sacaré, no, no, no. Cosas peores me han pasado estos días, asuntos tan íntimos que no puedo, simplemente no puedo, no me nace, no quiero escribirlo por aquí. Qué bonito es sentirte bien contigo mismo, ser feliz y shalalá, hasta que te acuerdas de eso que bloqueaste en tu mente tanto tiempo que al final explota, y así como te sientes eufórico, después viene la depresión profunda, tocas un rato el fondo, sales a flote, y se repite el ciclo nuevamente. Un grande, enorme círculo en el que tu existencia es revivida una y otra vez, diferentes errores, mismas sensaciones. Ahora que lo veo de frente y más serena puedo decir que todo lo que pasó no fue bueno, pero en su momento lo apoyé, dije "adelante", y dejé que me golpeara en el rostro todo el dolor, todo el infortunio, todas las circunstancias que se unieron en un solo momento para marcar un episodio en mi vida que no puedo borrar, no puedo olvidar, no puedo desaparecer ni dejando salir todas las lágrimas, la risa, la burla, los celos, las ironías, las casualidades.

Despertar y saber que ya no estará ahí, que se ha ido, que nunca supiste realmente qué fue y en qué momento sucedió; esa fijación en el deja-vú, tratar de encontrar conexiones que tal vez nunca hubo y que sólo existieron en la compleja red neuronal que utilizas como motor de tus pensamientos. Vivir con el "tal vez" en las manos, tan resbaladizo que se escurre entre los dedos y pierdes tu tiempo tratando de retenerlo contigo. Es mejor desechar la idea del futuro, pero esa tonta esperanza de conseguir algo de ello, algo egoísta, para tus propios deseos, está tan presente que te hace cometer errores, y no los puedes evitar.





Tan ambigua y temerosa, que vuelves a fallar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

ve lo por el lado bueno...al menos no te esta temblando...gulp!!!!

Guffo Caballero dijo...

Yo quisiera vivir en un rancho, snif.
La fauna y flora de la ciudad es muy fea.
Saludos.

Møsca Cobain dijo...

Este es el momento exacto para decir: Te invito un trago.

Terminamos ebrios, lloras, te ries del problema y le hablas (en caso de ser un "él" el problema).

Y si no, podemos viajar horas y horas en la carretera.

O vivir en un lugar lejos de la civilización donde puedas conse...ah ya vives, ja.

Bueno, cientos de ideas que pueden salir pero un "No sé" es depresivo.

Vamos, yo invito los tragos.











Saludos doña no sé.
Tiempo sin pasar por aquí.










Mosca

Esponjita dijo...

Cuando murió mi hermana, se acercaron maestros de la Uñí. San CARLOS (Guatemala) a decirle a mi mamá que, aunque no lo creyera, volvería a ser feliz. Casi todos allá tenían un hermano o hijo muerto a causa de la guerra civil. No podíamos dejar de darles crédito a sus palabras pues sabíamos que su experiencia era real, como la nuestra que parecía única y no compartida por ninguna criatura...

Dice mi mamá que tuvieron razón.

Guardando las proporciones te digo lo mismo: sé lo que se siente, y sé que tarde que temprano va a pasar. Aguanta un poco más...