lunes, 18 de mayo de 2009

Where does this ocean go...?



No sé en realidad qué fue lo que me impulsó a alejarme tanto. Cuando eres una adolescente, son pocas las razones totalmente esclarecidas. Supongo, en cierta forma, que fue el miedo a quedar atada a ti; el miedo al compromiso, a ser mujer de casa con esposo, hijos, hipoteca, tarjetas de crédito y un papel que diga que soy licenciada porque fui 4 años a la escuela. Ahora tengo casi todo eso, qué ironía, ¿verdad? Pero me desvío del tema. Recuerdo perfectamente cuando me pedías estar contigo por siempre, ese tipo de cursilerías que les encanta oír de los labios de una mujer aunque no sean ciertas: "sólo soy tuya, por ahora y hasta el fin". Al menos fui sincera, yo te respondía que yo era como una compra a crédito; me tenías ahora, pero aún no me habías pagado ni ganado. Ignoro cuánto te habrán lastimado esas palabras, pero hey, a los 16 sólo existe el onmipresente y poderoso Yo: Yo como la dueña de este juego, Yo como la reina de este país, Yo como la titeretera de las marionetas. Para continuar con la tradición de ser sincera, diré que amaba ese papel, de hecho, aún me sienta perfectamente, pues la corona ajusta todavía en mis sienes veinteañeras. Decir que he madurado es pretencioso y hasta cierto punto, estúpido: nunca alcanzaré ese estado all zen necesario para calmarme en los momentos que lo necesito y tomar la decisión más adecuada, pero sí puedo decir que he crecido, y contrario a lo que muchos pensarían, en gran parte te debo a ti, sí, a ti, mi pequeño dragón, la bofetada de realidad que necesitaba para dejar atrás mis desplantes de niña mimada y abrir -o por lo menos entreabrir- mis ojos a todo lo que me estaba perdiendo al estar enclaustrada en mi mundo de egocentrismo.

Puede ser que el momento de la apertura sea parecido a un nacimiento. Sales del cascarón, y te encuentras ante un universo hostil y frío que rezuma muerte y destrucción por todos lados; pero hay alguien, o algo, que te sostiene, te obliga a respirar, a seguir viviendo...Y entonces, para los más afortunados, llega el momento del conocimiento, de abrazarse a una entidad que muy probablemente marque el resto de sus días. Puedo decir que yo fui de esos afortunados, y que esa entidad no fuiste tú. Es alguien más, es alguien que llegó a ser mucho más importante, borrando casi por completo el rastro dejado por tus huellas. Lo ideal -para muchos- hubiese sido el exterminio total de esas memorias; pero ya sabes, soy de las que les gusta aprender de todo, hasta de lo que no pudiera ser tan conveniente. Así fue como logré sobrellevar lo que después vino y volverlo favorable para mí; ¿has notado cuánto he avanzado? Si aún me estimaras como antes, yo creo que te alegrarías de sólo verlo. Es una lástima que las cosas se hayan desarrollado de ese modo, pero créeme, no hay arrepentimientos, ni pensamientos de "what if...?". No. Soy feliz de la manera en que vivo ahora, y a veces me gustaría saber que tú estás igual que bien que yo. Eso sería agradable, y, no sé, tal vez ayudaría, aunque fuera un poco, a calmar a esa vocecita, ya sabes, esa vocecita empedernida que se ha clavado en el pasado y se deleita en recordármelo una y otra vez...





I ask, but no one knows
the answer to the question...
My life is like an island,
where does this ocean go?

6 comentarios:

Sorel dijo...

Eso fué lindo, a ver si algún día me atrevo a decir algo como eso sin sentirme rara.

Anónimo dijo...

pues que carajo hay en el aire???
últimamente demasiada gente anda enamorada

Møsca Cobain dijo...

Rayos es peor que la influenza y el mucho peor que lo más contagioso de los ultimos años, (el embarazo) el enamoramiento ah corrompido la estructura social,
"se roba a nuestras mujer, queman nuestra cosechas, se comen nuestra comida"
Esos enamorados son peores que los zombies de Resident Evil 4.










y si hubiesemos hecho esto....











El "deberias" o "hubieses" son las palabras más graciosas del mundo.











Bueno, Budin no se queda atras.











MøzKa

Hermes dijo...

Todo lo que nos paso coopero en mayor o menor medida para que seamos quienes somos... y tienes razon... en la adolescencia solo hay dos cosas que podemos ver: el presente y a nosotros en ese presente... abrir los ojos a lo demas cuesta, y quien nos ayuda marca nuestras vidas.

Nemheim dijo...

A mi tambièn me gusta aprender y creo que tu en verdad lo hiciste, hasta me identifique en algunas partes..

Suerte!!

weak dead: fight! dijo...

Bah! cursilerias chafas, creo que tantas telenovelas atrofian el cerebro. A ver, no! el cerebro no se atrofia, jaja touche!