jueves, 23 de abril de 2009

Yo no quiero ser la ahogada más hermosa del mundo.

Recuerdo que fue en casa de mis padrinos. La alberca no era profunda -unos 2 mts. o menos-, pero para mí, niña de 5 años, era enorme, misteriosa, insondeable. Para entrar a ella tenías tres opciones: el clásico chapuzón, las escaleritas de aluminio, o...la resbaladilla. Me encantaba esa resbaladilla, no sé exactamente qué tan alta sería, pero subirme a ella para después entrar vertiginosamente al agua, era una sensación emocionante que me gustaba repetir una y otra vez. Claro, por ser una niña pequeña, utilizaba salvavidas, uno con estampado de La Sirenita de Disney, por lo que el procedimiento iba más o menos así: yo, salvavidas en cuello, subía la escalera de la resbaladilla, al llegar a la cima me lo colocaba en la cintura, deslizamiento y gritos de júbilo, chapuzón, nadar (o medio patalear) hacia la escalerilla, repetir. Fue en una de esas que me resbalé del salvavidas. Fui hundiéndome, poco a poco, hasta tocar fondo, y luego, flotar en el limbo. A los 5 años, no te asustas si pasa esto, no; simplemente comienzas a tragar/respirar agua, no te mueves, acaso hasta más abres los ojos, como si la reminiscencia de aquel medio acuático en el que nos formamos hace tantos millones de años, o ese que había en el vientre de nuestra madre, llegara a decirnos que en realidad es ahí donde pertenecemos, aunque nuestros pulmones se hayan adaptado al oxígeno, nitrógeno y argón (Mecano dixit). Miré la luz que se filtraba en el agua, es tan pacífico todo eso...De repente, una sombra oscureció la superficie, extendió un brazo y me jaló hacia ella, fue como volver a nacer: somos arrancados del útero, expuestos al aire, nuestros pulmones drenados y comienza una nueva vida. Dicen que fue mi mamá la que lo hizo, yo en realidad no me acuerdo de eso.

En un viaje a Chiapas, cruzamos el cañón del Sumidero en lancha de motor. Tendría yo unos 6 años, iba con mi padre y mi madre, además de otros pasajeros, todos con chaleco salvavidas. En una de esas, al asomarme por la borda, caí al agua. Como la lancha no andaba a mucha velocidad, un señor metió los brazos al agua y me sacó. El lanchero se asustó y nos dijo a todos: a esta niña la reclamará el agua siempre porque ha sido arrancada al río. Mis papás, que no son de supersticiones, nada más agradecieron el rescate, sólo a mi papá se le ocurrió decir que ya antes casi me ahogo en una alberca. El señor éste se quedó pensando y comentó en voz baja que entonces desde ahí venía el reclamo.

A los 10 años aprendí a nadar. Mis padres me inscribieron en cursos de natación, e incluso llegué a estar en el equipo del club campestre al que pertenecía. Pero aún así, eso no evitó que en un viaje a Montepio, al mal pisar en la laguna, me fuera en una de las pozas traicioneras de su suelo, siendo rescatada por uno de mis tíos que vio a tiempo cuando yo me hundía. Mi abuelita se acordó de los incidentes pasados, y me recomendó que mejor me alejara del agua. Yo sigo pensando que son supersticiones.

A veces platico esto con mis amigas más cercanas, y todas me dicen teorías disparatadas: que si porque soy un signo de tierra y la tierra sucumbe al agua (eso me sonó más a pokemón), que si la primera vez yo debí ahogarme y como no pasó, me reclamaría a cada rato (bien guión chafa para Destino Final), que si no tendré alguna maldición gitana, etc. Yo sólo sé que me encanta ir al río, al mar, a la piscina; pero eso sí, que estén bajitos y sin mucha corriente, por favor.




Aquí es donde ustedes se inventan una teoría que explique el por qué aunque yo sepa nadar perfectamente, el río/laguna/mar me quieran ahogar...Go!

3 comentarios:

Porthos Baron Du-Vallon de Bracieux de Pierrefonds dijo...

Igual y fue como en el viaje de chihiro y te rescato el rio :p

Anónimo dijo...

Así como los globos..., todos flotamos :p

no hay duda que el mar y los rios son muy fuertes, pero, no será que tú quieras regresar a esa tranquilidad que nos hipnotiza. es solo una teoria, eres una reyna del water world, y tus subditos te estan llamando ...

Saludos.

Anónimo dijo...

a lo mejor tu eres como el aceita... por mas que le intentes no tendras buena relación con ella