Tener una cámara réflex digital NO te convierte en fotógrafo.

...A lo mucho, en el propietario de una cámara, pero de eso a ser fotógrafo...



Me caen pesadas las personas que con el sólo hecho de poseer una réflex y tomar fotos para eventos (léase: quince años, bodas, bautizos, 12 de diciembre, graduaciones, etc.), se siente la divina garza y quiere tratar a nosotros, pobres y decadentes mortales, como si fuese el rey de la impresión. Me sucedió un caso muy desagradable un día que fui a imprimir unas fotos mías; estaba platicando con el laboratorista (suelo hacerme su amiga, son buen pex los chavos), y en eso llegó un "fotógrafo" así haciendo escándalo para llamar la atención. Yo lo ignoré olímpicamente como es mi costumbre, después de que mi amigo lo atendió -nada más era descargar los archivos de fotos en la compu del revelado-, seguimos platicando. No pasaron ni 3 minutos cuando el tipejo aquél se pone a gritar, "¡oyéme qué no me vas a atender, en vez de estar pajareando cabrón deberías hacerle caso a los que sí son clientes!", a lo que mi amigo muy cortés le dijo que YO también era un cliente, y me encontraba al igual que él, esperando MIS impresiones que habían sido pedidas ANTES que las de él. El tipejo se puso pesado: "¿no ves que yo traigo la cámara? ¡Ésta sólo ha de traer pinches fotos de cumpleaños!" y frases de ese tipo. Yo, obviamente, me encabroné, y le dije al tipejo que mejor midiera sus palabras porque no sabía con quién se estaba metiendo. Total que acabó viniendo el gerente, y como yo era clienta usual, defendió mi punto, ¡ja! Lo mejor fue cuando me entregaron mis fotos, que eran de ésta sesión, el imbécil ese casi se caga, nada que ver con sus nacas fotos de quince años...

En otra ocasión, me hallaba en la fila para depositar las fotos en la máquina de revelado (hey, tendré mis influencias, pero también sé seguir reglas de urbanidad), cuando llegó un güey que se fue directito al principio de la fila, y todos con cara de WTF? A continuación, empezó a llamar al laboratorista: "Muchacho, ven acá, que me urgen unas fotos, que son muy importantes, blah, blah". Indignación de todos los que estábamos en la cola esperando, pero como buenos mexicanos nos quedamos callados; mi amigo el laboratorista nada más le echó una mirada tipo "¬¬" mientras iba con toda la hueva del mundo a atenderlo. El güey le entregó su memoria, y así las pasó directo a la máquina, sin pasarlas por la compu. El tráfico comenzó a avanzar porque mi amigo decidió que era hora de castrar al güey (valga la redundancia de los hechos, porque es bien sabido que los bueyes son aquellos toros que han sido castrados), y pasó primero a los que ya estábamos esperando. Ese día, yo llevaba esta sesión para imprimir, y recuerdo que el güey éste se la pasó viendo a escondidillas las fotos que iba seleccionando en la pantalla; cuando volteaba a verlo, sacaba el rostro, muy disimulado él. Al final, yo también le espié las fotos. Resultado: eran unas de un evento político, eso sí, todas pinchurrientas, mal enfocadas, mal iluminadas y mal encuadradas. Y así se quieren sentir importantes, horror.

Una vez, me puse a platicar con una señora que también se decía fotógrafa: se hinchaba mucho de pecho diciéndome que ella había aprendido con Brizio (mi maestro de fotografía), y que éste incluso le había calibrado la cámara para tomar fotos perfectamente. Mientras me decía esto, vi de reojo que con los dedos le cambiaba discretamente la función de la cámara de P (automático total) a M (manual). Pobrecita, hasta lástima me dio su mitomanía. ¿Por qué digo esto? Un buen usuario de cámara en modo manual sabe que con sólo calibrarla una vez no es suficiente ni adecuado, pues siempre se debe adaptar a las condiciones de luz, movimiento, blancos y colores, aunado a que existen reglas para tomar buenas fotografías. Como andaba sin ganas de discutir (neta), ya no le dije nada de esto, y sólo aprecié las fotografías que le entregaron: niños en desfile captados en fraganti, algunos mal enfocados y otros con partes mutiladas. Qué se le va a hacer.

El día de la entrega de documentos de la universidad, andaba por ahí una señora gordísima réflex en mano; yo, como era parte de los protagonistas, le pedí a mi tío que me hiciera el favor de tomar las fotos del recuerdo en el transcurso del evento. La señora gordísima se dedicaba a lo mismo, y ya después de la inauguración y pase de lista y cancioncita y coreografía, estábamos los egresados sentados esperando a que nos fueran llamando uno a uno, cuandovi que la doña ya traía las fotos reveladas. Parecían un chiste: gente con otros entreabiertos, malenfocadas, mutilados, con ojos rojos, los peores ángulos posibles, fotos en las que no sabías quién era el protagonista, etc. En la que me acercó, salí con la boca abierta, mal enfocada y detrás, inmediato a mí, otra compañera en mismo estado. Horror. Está de más decir que no se la compré, ni una amiga mía que estaba sentada a mi lado y me pidió consejo. Qué bueno que no hay más gente como yo, si no, ¿de qué vivirían? Changos.

Tengo un chiste local con mi novio, consiste en que, siempre que andamos por la calle con las cámaras, nos decimos el uno al otro "nada más nos faltan las playeritas que digan -fotógrafo profesional-", esto a raíz de un tipo que vimos en una ceremonia escolar, con la cámara en automático, que decía en su playera tipo polo por la parte de atrás en letras grandotas: FOTÓGRAFO PROFESIONAL. Y yo, ay no mames. Quiero aclarar, llegados a este punto, que yo estoy plenamente consciente de que mis habilidades fotográficas aún no están totalmente desarrolladas, que se me van detalles, que de repente meto la pata y no sale del todo bien. Pero por esto mismo, cuido más mi trabajo para que se note en éste que sí aprendí a manejar una cámara, que sé de las reglas de composición y lo que se debe y no se debe hacer en ésta. Con respecto a la "visión"...Es tema de otro post.

Y también creo firmemente en que la belleza la reconoces siempre, aunque no sepas de ella.