viernes, 3 de octubre de 2014

Hoy...

Hoy ha sido uno de esos días en que sólo dormí tres horas, comí una sola vez en el día, y olvidé traer comida a casa, así que sólo espero a que mi estómago no se rebele mucho. Hoy ha sido uno de esos días en que he respondido mensajes, en que he recordado pendientes y no me he podido concentrar en mi tarea. Hoy ha sido uno de esos días en que me desmayo durante media hora en algún sillón y al despertar tengo la sensación de que han pasado eones desde la última vez que bebí agua. Hoy ha sido uno de esos días en que alguna compañera de trabajo dice que tengo la mirada cansada, me pregunta por mi insomnio y me recomienda alguna bobería que no alcanzo a registrar en mi memoria. Hoy es uno de esos días en que las lágrimas me brotan sin siquiera estar consciente de ello, hasta que siento la mejilla mojada y saco rápidamente una servilleta para limpiarlas. Hoy es uno de esos días en que siento la imperiosa necesidad de estar sola, y el recuerdo del último abrazo que recibí un 14 de septiembre se impone. Hoy es uno de esos días en que quiero desertar de todo y de todos, en los que considero que realmente no es tan importante mi presencia, el mundo sigue girando, la gente sigue viviendo, los tipos con los que alguna vez quise tener algo están cogiendo con sus novias y ni se acuerdan de mí, que si alzo la voz sólo seré tachada como una buscadora de atención, que sólo pierdo mi tiempo queriendo volver a donde fui feliz, cuando sé que no hay retorno. Hoy es uno de esos días en que me cuestiono si realmente valdrá la pena todo lo que me estoy reservando para poder salir de este lugar, aunque de eso no hay duda, necesito dejar atrás todo esto. Hoy es uno de esos días en que siento la presencia del Monstruo, poniéndome su mano gélida en mi hombro, como perpetuo recordatorio de que yo soy mi mayor impedimento. Hoy es uno de esos días en que la Ninfa, más que dormida, parece estar muerta. Hoy es uno de esos días en que decido alejarme de la gente que sólo toma de mí los aspectos alegres, bonitos, y se va cuando la oscuridad que hay en mí amenaza con cernirse también sobre ellos. Hoy es uno de esos días en que siento que las cosas me pasan a medias: ni tan inteligente, ni tan atractiva, ni tan simpática, ni tan deprimida, ni tan necesitada de las personas, ni con tantas ganas de vivir, ni con tan buena voz, ni con elocuencia. Hoy es uno de esos días en que me siento en el limbo, y estoy dando pasos vacilantes hacia el infierno para poder abandonar de una buena vez toda esperanza.





Hoy me sangra la entrepierna y me siento fatal. Vamos a echarle la culpa, un poquito, a eso.


1 comentario:

Alexander Strauffon dijo...

Vivo esos mismos pensamientos que tú, de cuando en cuando.

Suerte con eso y que te reanimes pronto.